lunes, 16 de abril de 2007

Cosas que a la mayoría de nosotros nos cuesta 50 años aprender:

1. Lo mala que es una película es directamente proporcional al número de helicópteros que aparecen.

2. Nunca encontrarás nadie que te dé una razón clara y convincente de por qué ajustamos la hora en verano.
3. Nunca deberías decir nada a una mujer que sugiera remotamente que piensas que está embarazada a menos que puedas ver en ese momento emerger un bebé de ella.
4. La única cosa que une a todos los seres humanos, independientemente de la edad, el sexo, la religión, el estatus económico o el origen étnico, es que, en el fondo, TODOS pensamos que somos mejores conductores que la media.
5. Llega un momento en que deberías dejar de esperar que el resto de la gente se tome muy a pecho tu cumpleaños. Ese momento es: 11 años.
6. Hay una línea realmente fina entre "hobby" y "enfermedad mental"
7. La gente que quiere compartir sus puntos de vista religiosos contigo casi nunca quiere que tú compartas los tuyos con ellos.
8. Si tuvieras que identificar, en una palabra, la razón por la que la raza humana no ha alcanzado, y nunca alcanzará, su máximo potencial, esa palabra sería "reuniones".
9. El objetivo principal de casi todas las protestas organizadas es molestar a la gente que no participa en ella.
10. Si realmente hay un Dios que creó todo el universo con todas sus glorias, y decide mandar un mensaje a la humanidad, NO utilizará como mensajero a una persona de la TV por cable, con un mal corte de pelo y en algunos casos, un maquillaje realmente malo.
11. Nunca debes confundir tu carrera con tu vida.
12. Una persona que te cae bien, pero que es grosero con el camarero o el portero, no es una buena persona.
13. No importa lo que suceda, alguien encontrara la manera de tomarlo demasiado en serio.
14. Cuando llegan los problemas, siempre hay un individuo que percibe una solución y está dispuesto a tomar el mando. Muy a menudo, ese individuo está loco.
15. Tus verdaderos amigos te quieren, de todas formas.
16. A nadie le importa que no bailes bien. Así que levántate y baila.

miércoles, 4 de abril de 2007

Téo & Téa. Jean Michel Jarre returns.

Hace años que Jarre venía anunciando que quería dar un giro a su carrera. Al fin lo ha dado. Tras escuchar su último disco, Téo & Téa, no hay lugar a dudas.


Téo & Téa es sin lugar a dudas la revolución del francés. De genio a maestro su último álbum no revolucionará el mundo de la música pero sin duda es infinitamente más comercial que sus Sessions 2000 o Geometry of Love. Sin embargo, intencionadamente o no, este disco tampoco es posible catalogarlo como un disco de baile. ¿En cuántas discotecas son capaces de imaginar temas como "Touch To Remember"? Incluso los temas estrellas para tal efecto, "Vintage" y "Téo & Téa" en unos tiempos en que World, Hold On de Bob Sinclar arrasa en las pistas de baile se alejan claramente del estilo housero que parece predominar.

Mucho he leído en estos días previos sobre si Jean Michel ha dejado de ser lo que era o no. Debates airados y acalorados sobre los que creen que JMJ debería de hacer un disco como Oxygene una y otra vez, y los que creen - o dicen creer - que tiene derecho a evolucionar, que no va a estar haciendo siempre lo mismo.

Jean Michel nunca volverá a hacer un Oxygene, ni un Equinoxe con su lujuriosa luminosidad. Ni volverá a hacer un Rendez-Vous II. Ni volverá a rozar a repetir un quasi-perfecto Chronologie con sus luces y sombras entrecruzándose al correr del tiempo. Y no volverá a hacerlos porque ya los hizo. Son sinfonías de la era de la electrónica que arrancan sus sonidos de las entrañas mismas de las ondas y las moldean a su antojo a través de un estado del arte que acaricia la genialidad.




Téo & Téa es un disco completamente distinto. Es un pasatiempo, que no es poco. En mi humilde opinión no creo que con un disco así nadie pueda pasar a los anales de la Historia, pero es indudable que es un disco bien hecho y profundamente entretenido.

El disco sorprende desde el primer sonido. Según arranca "Fresh News" lo inmediato es preguntarse si realmente está uno escuchando a Jean Michel Jarre. ¿Me habrán dado gato por liebre? ¿Cómo va a ser este JMJ? ¡Qué va, qué va! Pero sí lo es. El cambio de estilo es radical, profundo y casi completo. No obstante, la calidad de acabado es excelente. Un disco que arranca con ritmo y que no renuncia a hacer melodías increíblemente pegadizas.

Sin embargo, tras sorprendernos con Fresh News y dejarnos boquiabiertos con Téo & Téa, Jean Michel se suelta la melena en Beatiful Agony y da un repaso completo a todo su repertorio clásico de recursos. Una pista estilo Jarre 100%. Y a continuación, una pista que podría haber metido sin muchos problemas en Metamorphoses, Touch To Remember.

No voy a desvelar todo el disco. Quien quiera que lo compre, pero no parece, visto con calma, que a Jarre le haya fallado la inspiración. Más bien, no. Inspirado ha estado un rato para crear uno de esos pocos discos que uno puede encontrar en el mercado donde no hay que seleccionar qué pista merece la pena escuchar porque todas son buenas.

Temas para anuncios, tonos para móviles, y temitas para pasarlo bien con los amigos. Un trabajo bien hecho y muy bien calculado, sospecho.